Estoy en Barcelona, cenando con tres amigos escritores y de pronto, Carla suelta:
-¡Y ahora hay países que nos exigen que pidamos perdón!
Me sorprende mucho que una mujer informada, leída e inteligente como ella diga eso, y encima frente a mí, que soy mexicana.
-¡Sí! -contesta Claudia- ¡Es una barbaridad! ¡Los humanos estamos locos!
Me quedo estupefacta. No sé si han dicho eso o no he entendido.
-Pues en América Latina la colonización es una herida que aún sangra -respondo al no poderme quedar callada-, porque es UNA de las causas de la discriminación y desigualdad tan brutales que vivimos allí. Por lo demás, muchos países han reconocido la injusticia que cometieron con sus “colonias” y han pedido perdón, como Inglaterra, Bélgica, Holanda, Alemania. Hasta la iglesia ha reconocido que cometió un “error” al hacerse de la vista gorda ante el genocidio perpetrado en América. Porque eso fue. Violaron, torturaron, saquearon, mataron. Y es que lo que la psique violentada requiere para sanar es la reparación del daño, que pasa por la petición de perdón por parte del victimario. Como lo que están viviendo ustedes con los guerrilleros de la ETA y sus víctimas. Lo mismito.
-Es complejo y entiendo lo que planteas, pero yo no me siento colonizadora -puntualiza Carla-. Me refiero a que sí hay que condenar lo que pasó y evidenciar lo terrible que fue. Por supuesto exponer a los culpables y a las víctimas, pero si nos quedamos en que España es colonizadora, mejor sería entrar en temas actuales, conflictos políticos que realmente muestran a este país como lo que es, y me refiero a la venta de armamento, el apoyo a regímenes tiránicos y unas perlas de corrupción que hay que ver. De nada sirve pedir perdón si no se modifican las cosas, de otro modo es pura pantomima.
-Pues yo como catalana o roja o lo que sea -añade Claudia-, no le pediré a Madrid o al Estado que me pida perdón por la guerra civil. No fueron ellos. Lo que sí hay que hacer, en cambio, es abolir instituciones todavía fascistas.
-Estoy totalmente de acuerdo con esto -dice Marcos-. Además que se presenta a Latinoamérica como otro tierra prometida que el imperialismo destruyó y, corrígeme Rosa Ana mi ignorancia, pero también había problemas entre ellos y los colonizadores tuvieron apoyo de los indios e incluso había una ley promulgada por los Reyes Católicos que protegía al aborigen.
-No -continúo-. No se trata de que cada español se sienta colonizador o cada alemán nazi. Se trata de que los representes del Estado reconozcan que hubo un genocidio en aquella época, por aquellas personas, por este país. Y ya. No se pide más. Si se va a esperar a que España admita todo lo que ha hecho mal hasta la fecha y encima lo enmiende… Un acto diplomático valdría. Los símbolos importan. En cuanto a lo que dices, Marcos, claro que había problemas en America. Cortés aglutinó a los pueblos que estaban contra los aztecas, pero luego también los esclavizó. Y sí había una ley que protegía a los indígenas. ¿Sabes lo que hicieron con esa ley? Para los pueblos violados, la petición de perdón importa. Sería lo mínimamente decente.
-Sí -dice Carla-. Por supuesto que los símbolos importan, pero también quién los diga o en qué contexto lo haga. Solo los gobiernos de izquierda han pedido perdón. No me imagino al PP haciéndolo y menos a Vox. Entonces se convierte en una competencia entre ellos por ganar votos. En realidad, en vez de dejar la cuestión a los políticos, deberíamos dejarla a la educación. Que se deje de decir que se descubrió América. Y sí, que en los libros se reconozca que fue un genocidio.