El voto es el rey. Esta es la máxima de quienes nos dedicamos profesional y académicamente a la comunicación y el marketing político. Toda acción que no se encamine hacia esta máxima es irrelevante.
Para el triunfo electoral poco importan los likes, las fakenews, el contenido compartido o el número de notas que aparecen en los medios. Las visiones de consultores principiantes, inexpertos o hambrientos, tales como: “triunfamos”, “ganó la democracia”, “ganaron los ciudadanos” o “ganó el INE”, son cursilerías para el consumo de espíritus desesperanzados.
Los números definen ganadores y perdedores. Estos son los de la elección intermedia en México en 2021:
- La participación ciudadana estimada por el Instituto Nacional Electoral (INE) está por arriba de los 50 puntos porcentuales. El índice supera (no por mucho) las medias previas de elecciones intermedias pasadas. Entonces no es un dato para sorprenderse.
- A nivel nacional la República Mexicana es mayoritariamente Morena: 17 de los 32 estados del país serán gobernados por la agrupación política del Poder Ejecutivo Federal. Adicionalmente, 19 congresos estatales quedan bajo el control morenista pues se suma Tamaulipas (19 Morena y 6 Acción Nacional) y Oaxaca (21 Morena y 4 de otros partidos). Una reforma nacional propuesta por el Ejecutivo requiere la aprobación de 17 congresos locales.
- En la CDMX, a pesar de la derrota en alcaldías, el centro de toma de decisiones permanece morenista a través de un congreso con 19 de 33 escaños en manos de Morena (58%).
- En los 300 distritos electorales del país, Morena -solo y con sus aliados- supera con creces la mayoría. Lo mismo ocurre en la Cámara de Diputados.
A partir de los números ¿quién gana y quién pierde?
- El gran perdedor es el Partido Revolucionario Institucional (PRI) que quedó desdibujado del mapa nacional.
- Otro perdedor es el Partido Acción Nacional (PAN) al apostar por una alianza que no le generó ningún beneficio real.
- El pueblo derrotado es el de Nuevo León que de un Bronco pasa a un Fosfo, ambos clientes consentidos de la memecracia. La elección en aquel Estado coloca a la sociedad de Nuevo León como una que debe ignorarse en cualquier debate de la agenda nacional dada su tendencia a la frivolidad.
- Gana el partido del titular del Ejecutivo que en números absolutos y en comparación partidista –no de alianza- obtiene 3 votos por cada uno de los que recibió el PRI y 2 por cada uno de los que recibió el PAN.
- Pierden los medios de comunicación, la corte de comentócratas, los autonombrados líderes de opinión y unos que otros abajofirmantes, al dejar constancia de su irrelevancia en la vida de las personas y su poca o nula capacidad de incidir en la agenda nacional y local.
El mejor resumen del ganar y perder lo escriben en twitter dos reconocidos panistas:
- GUSTAVO MADERO: Es un autoengaño afirmar que le quitamos la mayoría calificada a AMLO para impedirle modificar la constitución.
- JAVIER CORRAL: Entre las peores cosas que hay en la política: el autoengaño. En sentido contrario, como cauce para mejorar, la autocrítica… Se están magnificando los resultados de la alianza PRIAN…, y en otros casos la distorsión, como autoengaño.
La mayoría de las mexicanas y los mexicanos dieron un SÍ al proyecto de país de Morena para construir un futuro, el de 2024, que al parecer dejará al PRI y al Partido de la Revolución Democrática (PRD) como efemérides y al PAN en el mismo nivel de relevancia que Movimiento Ciudadano (MC) y que el Partido Verde Ecologista de México (PVEM).