Los olvidados del este

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francisco rodriguez

El pasado 9 de mayo se conmemoró el 75 aniversario de la fundación de la Unión Europea. La cooperación franco-germana para la explotación del carbón y el acero sentó las bases para lo que actualmente conocemos como la Unión Europea.

En 1950 la intención de la Unión era fortalecer la recuperación económica Occidental, ya que los países del Este quedaron rezagados a causa del apoyo que brindaron al nacionalsocialismo. Desde entonces, el Este de Europa, además de ser la sede de los conflictos del Viejo Continente, es considerado como “la región de los otros”, o sea, los países europeos que no alcanzaron los beneficios de la occidentalización.

Esa distinción es más notoria porque los intereses de la Unión son eminentemente pro occidentales. La sede de la UE no está en Budapest o en Bucarest, sino en Bruselas. Cuando Alemania y Francia fundaron la UE, la finalidad de esa unión fue la recuperación y la cooperación entre los países europeos occidentales. Resulta que 75 años después, esa finalidad es la misma. El beneficio, si bien formalmente es el mismo para todos los asociados (orientales y occidentales),  las reglas son las que imponen los países más fuertes. Los países orientales que actualmente son socios de la UE buscaron en todo momento el progreso (occidentalización) de sus pueblos, herederos de un pasado históricamente vergonzoso (ex aliados nazis).

Luego de 75 años de su fundación, la Unión Europea sigue siendo una alianza heterogénea, sede de los intereses y las culturas más diversas que pudiéramos imaginar. Pero el trato con los socios orientales nació “diferente” y actualmente es diferente. En ese sentido, el progreso que esperaba el Este no se ha concretado, ni mucho menos los socios del otro lado de la “cortina de hierro” son tratados como países europeos occidentales. Los prejuicios y la diferencia de intereses en temas importantes para la Unión son factores que han impedido la conciliación de todos sus miembros.

Muestra de lo anterior es que el Este del Continente solo se menciona para tocar temas históricos o de interés general. Eso es lo que ocurre cuando hablamos de Transilvania (Rumania) solo porque es la sede mundial de los vampiros, o de Cracovia (Polonia), que fue la sede de uno de los genocidios más terribles que haya visto la humanidad, o de Praga (República Checa) cuando se recuerda la belleza del antiguo Imperio Austrohúngaro.

Cuando se trata del progreso y de los logros de Europa, sino se habla de la Unión en general, se habla de alguno de sus miembros más importantes en particular como Francia, Alemania o su sede en Bruselas.

 Como lo comentamos en líneas anteriores, hay muchos factores que han impedido la integración de Europa. Creo que 75 años son insuficientes para conseguir que todos los países europeos alcancen los logros de Francia o de Alemania. Lo único diferente es que del siglo XX a la fecha, los países occidentales son los que han dado origen a los conflictos que ahora enfrenta Europa.