2ª parte El cerebro y la espiritualidad

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Perla Nuñez
En el artículo del mes pasado, hablamos de los hallazgos del Dr. Andrew Newberg de Thomas Jefferson University, en el que descubre que la actividad cerebral de personas religiosas es muy diferente a las que no lo son en momentos específicos de orar o meditar, asociando a sus últimas investigaciones a su sistema de creencias.
Hay numerosas investigaciones que han estudiado los efectos del yoga y la meditación en el cerebro, la Dra. Sara W Lazar, después de una lesión en las rodillas tuvo que elegir yoga en vez del atletismo, al comenzar a practicar, le “molestaba” un poco que el instructor introducía frases de bienestar y ella se sentía bien, queriendo descartar que fuera un efecto placebo, busco investigaciones que hablaran de la relación entre la meditación y el cerebro encontrando gran material y haciendo de este tema su investigación central.
Por lo que continuaré este artículo con la investigación de la Dra. Sara W Lazar del Hospital general de Masachusetts y la escuela de medicina de Harvard quién fue pionera en la investigación de los cambios en la estructura cerebral producidos por la meditación, el primer hallazgo que encontró fue los cambios en las emociones, depresión, ansiedad, dolor y manejo del insomnio mejorando la calidad de vida, mostrando grandes diferencias entre las zonas del cerebro de las personas que meditan a diferencia de las que no lo hacen, en su primera investigación utilizo un grupo de control con personas que no meditaban y personas que ya tenían mucho tiempo meditando y practicando yoga, descubrió que aquellas personas que aprendieron meditación engrosaron cuatro regiones cerebrales:
• Cíngulo posterior. Esta involucrado en el divagar de la mente y la relevancia personal.
• Hipocampo izquierdo, ayuda al aprendizaje, la cognición, la memoria y la regulación emocional
• La unión temporo pariental, que se asocia con la toma de perspectiva, la empatía y la compasión.
• Un área del tronco encefálico llamada Pons, donde se producen muchos neurotransmisores reguladores.
La amígdala, la parte del cerebro que reacciona a la ansiedad, el miedo y el estrés en general también se hizo más pequeña en el grupo que meditó y es que los niveles de estrés se redujeron gracias a la meditación.
En conclusión, el incremento en la materia gris del cerebro favoreciendo la plasticidad cerebral, hemos hablado que esta función del cerebro tiene que ver con la capacidad de aprender y recordar, pero lo más relevante es que ayuda a la disminución de la amígdala, regulando la respiración y reduciendo el estrés. 
Se compararon estos resultados con una investigación que se hizo en ratones que fueron sometidos a estrés durante 10 días y en todos los casos hubo un incremento de la amígdala, después de tres semanas que ya no se estresó a los ratones, los volvieron a estudiar y se observó que la amígdala continuó con la medida postestrés y los ratones continuaron no regresaron a su comportamiento sin estrés, los humanos que participaron en el experimento seguían sometidos a estrés pero sus cerebros al haber disminuido su amígdala reaccionaban de una manera más relajada, el estudio es mucho más extenso y con más hallazgos por temas de espacio, digamos que si podemos disminuir nuestro estrés al meditar y practicar yoga y sí esta comprobado científicamente. Escríbeme tus dudas a