En México, llevamos aproximadamente ocho meses de estar cuidandonos de está pandemia que a todos nos ha marcado en nuestra vida diaria, en nuestras relaciones, en el trabajo y más, con un antes y un después del Covid-19.
Hay negocios, empresas, gobiernos y personas que han estado o que están en una lucha constante por sobrevivir ante está situación, y no solamente en cuestión de una cultura orientada al “tener” (material y consumista), sino que ha sido una lucha cultural orientada al “ser” (creencias, valores, misión, visión, etc.), lo cual me hizo recordar aquel ensayo que publicó Erich Fromm sobre “Ser o Tener”, hablando puntualmente sobre la cultura del ser frente a la del tener. Y por supuesto, la pandemia, ha permeado también impactando nuestra comunicación.
En los inicios del siglo XX, los seres humanos experimentamos un estilo de vida dirigido a “tener” (tangible), es decir, las personas poseían el deseo y/o necesidad de contar con títulos, bienes raíces, abundancia económica y más. Por ejempo, como aquellas grandes empresas que eran propietarias de grandes edificios con imponentes rascacielos; o bien, las personas debían de obtener títulos universitarios, una gran casa, un coche lujoso, una familia, etc. Así que, en esa época la comunicación solo era una “actividad” que, entre otros objetivos, iba enfocada a generar publicidad para la venta del servicio o producto que acelerará la oferta y demanda del tener.
Hoy, ha cambiado nuestro mundo y por supuesto nuestro estilo de vida por el “ser” (intangible), es decir que ahora los deseos y/o necesidades de las personas se han transformado y nos lleva como persona o institución (pública o privada) con valores, ética, responsabilidad, marca, identidad y más, al SER.
Por ejemplo, hoy buscamos que las empresas o las personas nos cuenten quienes son, cual es su causa, cual es su historia y más, demostrando el ser empáticos, confiables, responsables, libres, etc. Así que, la comunicación, en estos momentos (durante y post pandemia), se transforma en una “estrategia” enfocada para generar confianza, credibilidad, certeza, reputación, relaciones a través de sus mensajes y medios para el logro de objetivos.
La comunicación ya no es una actividad dirigida solamente al “tener”, hoy la comunicación involucra en forma central las estrategias dirigidas al “ser”.
Es por ello, que hoy debemos considerar que, para una buena estrategia de comunicación, se debe analizar y replantear desde la persona o institución pública o privada, a partir de las siguientes preguntas: ¿Quiénes somos? ¿Qué nos hace diferentes? ¿Cuáles son mis valores? ¿Para qué lo hago? ¿Cuál es la percepción de los demás hacia mí? y más preguntas que irán surgiendo con este importante ejercicio de reflexión personal o institucional.