Vigésimo cuarto aniversario de la masacre de Srebrenica

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Por: Francisco Rodriguez

La masacre o genocidio de Srebrenica fue la mayor matanza de civiles perpetrada en Europa después de la Segunda Guerra Mundial. El suceso se produjo en una zona previamente declarada como “segura” por la Naciones Unidas, ya que en ese momento se encontraba bajo la “protección” de 400 cascos azules holandeses. En ese genocidio perdieron la vida un aproximado de 8,000 personas de la etnia bosnia musulmana en la región. 

         En julio de 1995, momento de la masacre, Bosnia-Herzegovina era habitada por los bosnios musulmanes, serbobosnios ortodoxos y los bosnioscroatas católicos, y en el caso concreto de los bosnios musulmanes, se concedieron derechos políticos hasta bien estradas las décadas de los 60 y 70; pero las otras etnias consideraban que esa concesión de derechos afectaría su “pureza”. He aquí el origen de la matanza.

         Con esos antecedentes, y ante la extinción de Yugoslavia, los líderes serbios decidieron que todos los ciudadanos de esa nacionalidad vivieran en un único país, libre de otras etnias,  así que después de la independencia de Bosnia, ésta entró en guerra con la República Srpska, formándose dos ejércitos: por un lado el ejército de la República Bosnia–Herzegovina y por otro lado los serbios con alta identidad nacional formaron el ejército de la República de Srpska.

         La mayor parte del conflicto se dio en la frontera del este de Serbia donde los nacionalistas serbios que vivían en Bosnia deseaban “limpiar” esa región de cualquier habitante bosniano musulmán.

Así las cosas, después de tres años de asedio, el ejército serbobosnio  ordenó el ataque final contra 8,000 civiles musulmanes de la ciudad (en Bosnia oriental), de los cuales la mitad eran refugiados de los alrededores en esta zona declarada “protegida por la ONU”.

El baño de sangre ocurrió en apenas cinco días, en julio de 1995.  El 11 de julio, los serbobosnios irrumpieron en Srebrenica y miles de habitantes buscaron refugio en la base de los cascos azules holandeses que tenían la tarea de defender la ciudad, pero en cambio entregaron a los refugiados a los serbios y no reaccionaron cuando éstos comenzaron a separar a los hombres de las mujeres y niños. “Hemos liberado Srebrenica”, dijo ese día Mladic, que dirigía personalmente las operaciones.