Iluminan Alebrijes Alameda Central en la Noche de Museos

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Treinta y seis alebrijes iluminados salieron del Museo de Arte de Popular para convivir con la gente en la Alameda Central, en donde se instalaron durante una hora y media para que niños y adultos pudieran capturar con sus teléfonos celulares estas coloridas figuras.

Como cada último miércoles del mes, en el marco de la Noche de Museos, las extrañas obras surgidas de la imaginación de los artesanos salieron del recinto ubicado en la calle Revillagigedo y aunque minutos antes la lluvia en otras zonas de la urbe amenazaba con impedir su recorrido, el clima en el Centro Histórico fue benevolente.

A las 20:00 horas las puertas laterales del museo se abrieron y los animales con rasgos marinos, terrestres y hasta de ultratumba fueron recibidos con gritos de admiración y aplausos de las personas congregadas afuera, quienes los siguieron en su recorrido, en medio del asombro y hasta temor de los más pequeñitos.

“Me gustan porque tienen luz”, dijo Sofía de cuatro años, mientras Matthew, de seis, indicó que su favorito fue el que sacaba burbujas por la boca, y aunque los pequeños desconocían la historia de estos peculiares seres, igual disfrutaron de fotografiarse con cada uno de ellos, acompañados por su mamá.

Un hipocampo psicodélico a rayas, enormes esqueletos, camaleones, ranas, dragones, peces, perros y una especie de araña se instalaron a lo largo de las nueve glorietas que conforman la Alameda, distribuidos en grupos de al menos cuatro en torno a las fuentes, esculturas o círculos de bancas, explicó Angélica Estrada, asistente del proyecto de la Noche de los Alebrijes.

Pese al cansancio por el gran peso sobre sus espaldas y hombros, los creadores o parte del equipo de trabajo del museo, formado en su mayoría por hombres y algunos con máscaras de luchadores, no dejaban de mover los brazos de las figuras para que éstas bailaran o posaran mejor en las fotos.

“Algunos están hechos de guata, tienen tela de bolsas para reciclar, también papel micro y en cuanto a estructura cuentan con aluminio, carrizo y cuerda de piano; se pintan con barniz para avión, pero antes están decorados con pinturas acrílicas para darles detalles y diversas formas”, explicó Estrada.

Estas piezas surgieron de un plan piloto después de que dos artesanos fueron invitados por una compañía en Francia para que llevaran el color y allá compartieron la técnica, aunque ésta se ha ido modificando; después se impartieron dos talleres en el museo y ahí se generaron otras figuras, aunque luego llegaron más por iniciativa de otros grupos de trabajo.

Algunas de las familias que presenciaron esta actividad llegaron allí por casualidad, también se aproximaron jóvenes en patines o bicicletas y no faltaron los turistas nacionales y extranjeros quienes, atraídos por las luminosas creaciones de distintos tamaños, quisieron retratarse con ellas.

“¡Qué chulo es esto, son maravillosos! Me parece increíble, sé que es una tradición de aquí que representa el arte popular también”, indicó Carmen Vilches, quien procedente de España vacaciona en la capital mexicana acompañada de su marido y su hijo, que no pararon de tomar fotos.

Angélica Estrada indicó que los alebrijes podrán disfrutarse nuevamente los últimos miércoles de julio, agosto y septiembre; mientras que en octubre será el tradicional desfile de Alebrijes Monumentales, conformado por al menos 200 piezas que recorrerán del Zócalo de la Ciudad de México al Ángel de la Independencia.