Otorgan Doctorado Honoris Causa al Escritor Alberto Ruy Sánchez

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Por: Mayté Garcia Miravete

Hablar de Alberto Ruy Sánchez es un privilegio y un honor.  Su misma compañera de vida Margarita de Orellana, lo define como un hombre comprometido con su pasión por escribir, por su capacidad de observar la vida y ser dueño de una capacidad inigualable de hacer profundas reflexiones, bañando con dulzura toda su acción.

Nacido en la Ciudad de México en 1951 y quien habitara por muchos años de Atizapán de Zaragoza. Ha sido distinguido con el Premio Nacional de Artes y Literatura en 2017 y es considerado uno de los autores más importantes de su generación. Su obra ha sido elogiada por Octavio PazJuan RulfoSevero SarduyAlberto Manguel,  entre otros, y es poseedor de diversos premios y reconocimientos en México y el extranjero.

Recientemente el Centro Universitario de Integración Humanística (CUIH), ubicado en Naucalpan de Juárez, le otorgó el Doctorado Honoris Causa en Humanidades en un acto protocolario, pero en el que se vivieron momentos profundos, bañados de pensamientos intensos y el reconocimiento a un hombre que ha llevado a México a través de su obra escrita al mundo y quien ha traído de sus viajes, el mundo a México en relatos exquisitos y asombrosos.

En su sencillez, agradeció a la Directora del CUIH Maria del Pilar Galindo de Cordero, a sus padres, a su esposa, a su familia, colegas y amigos y evocando una antigua leyenda árabe al respecto dijo: “ …que el agradecimiento es un animal invisible y de alas cortas que de pronto, por una razón inesperada se abren más largas de lo que uno pensaría, los que se reúnen bajo su sombra quedan vinculados para siempre por una especie de sonrisa compartida, de alegría indivisible, un vinculo de luz en la penumbra que casi nada puede ya romper”

Para finalizar su intervención, expresó: “… concluyó sin terminar.  Una ya vieja terquedad literaria vuelta una treintena de libros, una enseñanza universitaria vuelta iniciación a la vida creativa y reflexiva, una tenacidad editorial vuelta proyectos públicos, ampliamente compartidos, nada de eso hubiera sido posible sin las innumerables personas que habitan mi corazón…”

Finalmente, con un tono suave, ultimó: “Mis libros toman sentido en las manos de ustedes. Las obras, los libros viven más allá de sus autores sin que tengamos ni todo el mérito ni toda la culpa de su suerte pública. Este reconocimiento tan afortunado para mí, este Doctorado Honoris Causa me llena de alegría y como he tratado de explicarlo, un inmenso agradecimiento que vuela más allá de mi horizonte, hacia ustedes, por ustedes…”