El T-MEC: Un Escudo para la Economía Mexicana ante Nuevas Medidas Arancelarias

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  • El tratado comercial con Norteamérica mantiene condiciones preferenciales para las exportaciones mexicanas, incluso en medio del endurecimiento de políticas arancelarias globales.

En un contexto internacional marcado por tensiones comerciales y ajustes arancelarios, el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) ha demostrado ser un escudo clave para la economía mexicana, al preservar más de 10 millones de empleos ligados al comercio exterior.

Durante su conferencia matutina del jueves 3 de abril, la presidenta Claudia Sheinbaum confirmó que México continúa beneficiándose del acceso preferencial a los mercados de América del Norte, gracias a que el T-MEC garantiza un arancel del 0% para productos que cumplen con sus normas de origen.

Desde el Palacio Nacional, Sheinbaum subrayó que “el tratado se mantiene firme y plenamente vigente”, pese a la reconfiguración de políticas comerciales impulsadas por países como Estados Unidos. “Mientras se respeten las reglas del T-MEC, nuestras exportaciones no están sujetas a tarifas. Esto protege a millones de trabajadoras y trabajadores en sectores estratégicos como el automotriz, el agrícola y el electrónico”, expresó.

Uno de los elementos centrales que ha permitido conservar estas condiciones, detalló la mandataria, ha sido el diálogo constante y directo con la administración estadounidense. “Hemos sostenido un canal abierto de comunicación basado en el respeto mutuo. Eso ha sido fundamental para evitar medidas unilaterales que afectarían la estabilidad comercial de la región”, señaló.

Cabe destacar que la política comercial mexicana ha optado por mantener una posición de reciprocidad: no imponer aranceles mientras no se le impongan a México. “Lo que está dentro del T-MEC se mantiene libre de tarifas. Lo que queda fuera, como algunos productos de exportación europea o asiática, sí puede enfrentar nuevas condiciones”, aclaró Sheinbaum.

Aunque no lo mencionó de forma oficial, fuentes cercanas a la Presidencia indicaron que la reciente actualización del Diálogo Económico de Alto Nivel (DEAN) con Estados Unidos incluyó compromisos para fortalecer las cadenas de suministro regionales, especialmente en sectores como semiconductores, farmacéutica y electromovilidad.

La presidenta también anunció la presentación del Plan México, una estrategia económica integral diseñada para aprovechar las ventajas comparativas del T-MEC. El plan incluye estímulos a la relocalización de empresas extranjeras (nearshoring), incentivos fiscales para manufactura avanzada y la creación de zonas económicas estratégicas vinculadas a infraestructura logística.

En el sector privado, la reacción fue positiva. Varias armadoras europeas instaladas en el país, entre ellas BMW, Stellantis y Volkswagen, han manifestado su intención de alinear sus procesos productivos al marco del T-MEC para conservar su competitividad frente a los nuevos desafíos globales. Según la Secretaría de Economía, más del 80% de las exportaciones mexicanas ya cumplen con los requisitos del tratado.

Expertos en comercio internacional consideran que el T-MEC es actualmente uno de los acuerdos más sólidos y actualizados a nivel mundial. “Es un instrumento estratégico para blindar a México frente a las crecientes tensiones proteccionistas. La clave está en que las empresas mexicanas sigan apostando por la innovación, el cumplimiento normativo y la integración regional”, afirmó Brenda Gutiérrez, analista del Instituto para el Comercio y la Competitividad Global (ICCG).

México se posiciona así como un actor confiable y estratégico en el mapa global del comercio, en momentos en que la tendencia a la fragmentación económica mundial plantea nuevos retos y oportunidades.