Por: José Eder Santos Vázquez*
Al inicio del México Independiente, con un recién desempacado y triunfal Plan de Iguala, la administración de Justicia en nuestro país no enfrentaba ningún cambio, mediante decreto del 5 de octubre de 1821, se ratificaron a todas las autoridades judiciales que existían hasta ese momento. Tres años después, el 4 de octubre de 1824, cuando se promulga la primera Constitución Federal de México, donde se le otorga un peso especial al Poder Judicial, independiente y autónomo, pero vinculado con el Ejecutivo y el Legislativo.
Con la finalidad de poder enaltecer su libertad, se adopta el principio de inamovilidad judicial, concepto que ha dividido la opinión de juristas y estudios del Derecho, el cual consiste en asegurar la independencia funcional de los integrantes del Poder Judicial, en la actualidad, nos referimos específicamente de Jueces y Magistrados, quienes tienen experiencia en razón de la carrera judicial.
Aquí me detengo, con una pausa larga, pero necesaria; para hablar de la carrera judicial, debemos conocer cómo surge y cuál es su origen, nace como el reconocimiento al esfuerzo y la dedicación de quienes integran este Poder, surge en los Congresos Primero y Segundo Mexicanos del Derecho Procesal, materializándose en las reformas constitucionales de 1987 y 1994, con la creación de la Judicatura Federal y Consejo de la Judicatura del Distrito Federal, cimentándolas como una de las instituciones de mayor importancia en nuestro país.
La carrera judicial delinea un perfil de juzgadores que el México moderno y vanguardista requiere, dicha formación rompe esquemas, ya que requiere de cualidades y capacidades específicas, siendo la memoria el factor fundamental, donde los conceptos, jurisprudencia y normas, son parte medular de dicha profesionalización.
Hace cuatro meses la Presidenta de la Suprema Corte de Justicia, Norma Lucia Piña Hernández, señaló “Vivimos momentos llenos de incertidumbre” y afirmo en ese momento, que lucharía por la defensa de los derechos laborales de quienes integran el Poder Judicial, pero esos momentos de incertidumbre, el día de hoy, se han convertido en una realidad lacerante para los trabajadores y sobre todo para sus familias.
Esta realidad se materializó con el paro indefinido de los trabajadores del Poder Judicial, lo que ha dejado a México sin justicia, porque al menos en 16 Estados del País han clausurado simbólicamente las sedes del Poder Judicial, con ello, quienes se encargan de impartir justicia, quieren dejar en claro que la reforma judicial que se avecina, vulnera sus derechos y condiciones laborales, desapareciendo de manera inmediata la carrera judicial.
Por mayoría de votos, es decir con 1,202 votos a favor y 201 votos en contra, Magistrados y Jueces Federales, aprobaron la noche del lunes sumarse en el primer minuto del miércoles al paro nacional, este 21 de agosto de 2024 será recordado como el miércoles justo, porque desde las calles de nuestro país, veremos muestras de la fortaleza del Poder Judicial, quien se enfrentará a toda la envestidura presidencial de la primera mujer Presidenta en México.
Lo más importante de esta batalla, es sin duda, la defensa de la carrera judicial, que al paso de los años, ha seleccionado, formado y desarrollado a servidores públicos con una alta capacidad en el ejercicio de impartición de justicia, es decir, la carrera judicial ha perfeccionado Actuarios, Secretarios de Juzgado, Secretarios de Tribunal de Circuito, Subsecretario de Acuerdos de Sala, Secretarios de Estudio y Cuenta de Ministro, Subsecretarios Generales de Acuerdos de la SCJ, Secretarios Generales de Acuerdos de la Suprema Corte de Justicia, Jueces de Distrito y Magistrados de Circuito, todos ellos, los que están laborando actualmente, han sido testigos de la dificultad de la carrera judicial, por ello, ese mérito solamente puede ser reconocido, mediante la asignación del cargo superior siguiente, mediante un examen, que acredite las capacidades de quienes participan.
La reforma al Poder Judicial es inminente, este 1º de septiembre será enviada a la próxima legislatura, en la cual destaca que los jueces y ministros serán elegidos por voto popular, modificando el artículo 95 de la Constitución, para que estos sean electos por voto directo y secreto por un periodo de 12 años, de igual forma para poder ascender de puesto, no será necesaria la experiencia profesional.
La realidad es que hoy estamos en un México sin justicia, porque quienes la imparten, están en paro nacional, Norma Piña tiene una gran responsabilidad en sus manos, acordar con la primera Presidenta Electa el futuro del Poder Judicial.
*José Eder Santos Vázques es especialista en temas de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales, Anticorrupción, Rendición de Cuentas, Control Interno e incansable defensor de los Derechos Humanos.