

Están por abrirse los escenarios y plazas de Metepec, se volverá a sentir el pulso que convierte a este pueblo en algo mágico, donde se encontrarán distintas voces artísticas, a través de todas sus expresiones, la cita es del 9 al 19 de octubre, fecha en la que se celebrará la edición 35 del Festival Internacional de Arte y Cultura Quimera, este tan emblemático foro donde el arte y la cultura son los protagonistas de este manjar cultural en el Estado de México.
Nacido a inicios de los años noventa como una apuesta por acercar al público, sin costo, en su mayoría, a diversas disciplinas artísticas, Quimera fue consolidando sedes en sitios históricos de Metepec: la Escalinata del Calvario, la Parroquia de San Juan Bautista, el Teatro Quimera y el Museo del Barro, entre otros. Ese diseño itinerante le permitió desde sus orígenes combinar patrimonio, tradición y propuestas contemporáneas, y, así, abrir puertas a compañías y creadores nacionales y extranjeros.
La Edición 2025 llega con una programación extensa y distribuida en más de una docena de foros, teatro, danza, música, cine, cuentacuentos y talleres, que se alternan en plazas, mercados y espacios donde prevalece la cultura. La organización prevé una presencia masiva de público, las cifras preliminares estiman cientos de miles de visitantes, dato que subraya la derrama económica y simbólica del festival para el municipio.
Más allá del espectáculo, Quimera funciona como herramienta de revitalización urbana y cohesionamiento social. Programas gratuitos, recorridos que obligan a los asistentes a transitar por el centro histórico y la ocupación cultural de espacios públicos, contribuyen a la recuperación del tejido ciudadano y a la visibilización de oficios y tradiciones locales, desde el barro y la alfarería hasta la música popular, que encuentran en el festival una vitrina regional y nacional. Para autoridades y gestores culturales, esa capacidad para atraer públicos y reactivar comercios locales es parte central del valor del encuentro. Quimera 2025 promete, entonces, no sólo espectáculos sino un mapa vivo de la cultura mexiquense: un ejercicio donde lo local dialoga con lo global, donde plazas y teatros se convierten en aulas y escaparates, y donde la quimera, esa bestia compuesta, se revela como metáfora de la diversidad artística que Metepec muestra cada año en el mes de octubre.