
La suspensión temporal de estadísticas laborales clave debilita al dólar y favorece a las monedas emergentes.
El peso mexicano inició octubre con una ganancia frente al dólar, impulsado por la caída generalizada de la moneda estadounidense tras el cierre parcial del gobierno de Estados Unidos. De acuerdo con datos de LSEG, la divisa mexicana se cotizó en 18.2708 unidades por dólar, lo que representa una apreciación del 0.20% respecto al cierre previo del 30 de septiembre.
El cierre parcial se produjo luego de que republicanos y demócratas no alcanzaran un acuerdo presupuestal de último minuto, provocando la suspensión de operaciones en varias agencias federales y el cese temporal de la publicación de indicadores económicos clave.
Entre los organismos afectados se encuentran el Departamento de Trabajo y el Departamento de Comercio, que advirtieron la interrupción del informe de nómina no agrícola, originalmente programado para el viernes. Dicho reporte es seguido de cerca por los mercados, pues orienta las expectativas sobre los próximos movimientos de la Reserva Federal (Fed) en materia de tasas de interés.
La ausencia de estos datos generó mayor incertidumbre y volatilidad en los mercados globales, debilitando al dólar frente a la mayoría de las divisas emergentes. En este escenario, el peso mexicano logró avanzar de forma moderada, apoyado principalmente por factores externos y no tanto por indicadores económicos domésticos.
Analistas financieros señalaron que el retroceso del dólar refleja una reacción inmediata del mercado ante la suspensión de información económica, lo cual ha impulsado temporalmente a monedas con mayor atractivo relativo.
Operadores cambiarios advirtieron que la atención de los inversionistas seguirá centrada en la duración del cierre gubernamental estadounidense y en la reprogramación o eventual cancelación de los reportes económicos, elementos que podrían mantener la volatilidad cambiaria durante los próximos días.