Kaleidoscopio – Agosto 2025

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1. Austeridad de escaparate, de pasarela a pasarela

Diana Karina Barreras, la diputada conocida como “Dato Protegido”, se ha convertido en un símbolo viviente de la austeridad… bien puesta. Según el periodista Jorge García Orozco, sus accesorios (joyas, ropa, relojes y obras de arte) sumarían más de 4 millones de pesos .En su defensa, Barreras aseguró que el sombrero que se dijo costaba 33 000 pesos realmente valió 1 200 pesos, la blusa que supuestamente costó 47 000 pesos le costó menos de 1 000 pesos, y los lentes de 11 000 pesos realmente no superan 1 000 pesos. Sobre un anillo de alto valor, aclaró que es de hace 13 años, “cuando ni siquiera era diputada” .¿Y los relojes? Tiene “solo dos”, todos declarados oficialmente, y ninguno corresponde al modelo o valor que circula en los reportes .Además, negó tener una hermana llamada María de los Milagros. Sí, hay una persona con ese nombre en la CFE, pero lleva ahí más de 21 años… desde antes de que ella entrara a la universidad. Nepotismo, usted dice… pero eso ocurrió cuando ella ni siquiera era funcionaria.

2. El poder como burla y censura de bolsillo

Recapitulemos: una ciudadana crítica fue obligada por el TEPJF a disculparse 30 días —sí, media vida digital— llamando a la legisladora “Dato Protegido”, sin mencionar su nombre verdadero, todo por insinuar nepotismo. Una burla judicial caminando, vestida de corrección política y traje de censura institucional. 

3. Bukele 2.0: sin censores ni contrapesos

En El Salvador, Bukele da un salto exprés: aprobación exprés de reelección indefinida, eliminación de segunda vuelta y reforma constitucional en traje de dictador en oferta. Todo un libreto chavista, sin cortes comerciales. Organismos alertan: es el manual del autoritarismo hecho bailable. 

4. Política exterior mexicana: nacionalismo con tic nervioso

Mientras esto pasa, México navega turbulento. Con Trump 2.0 pisando fuerte, hay crisis diplomática cruzada, aranceles amenazantes y soberanía en modo “cabeza fría” y bandera al viento. Sheinbaum busca resistir entre mareas de retórica y pragmatismo patrio.