
La actividad económica en México registró una nueva caída en marzo, según datos del Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE), con una contracción mensual del 0.4% y una disminución anual del 0.1%. Esta tendencia refuerza las señales de debilidad interna, especialmente en los sectores de servicios e industria, claves para el desempeño del país.
El sector servicios, el de mayor peso en la economía nacional, registró su segunda caída mensual consecutiva, mientras que la industria también presentó retrocesos. Ambos indicadores revelan una desaceleración generalizada que impacta directamente en el crecimiento económico del país.
Durante el primer trimestre de 2025, el Producto Interno Bruto (PIB) creció apenas un 0.2% en comparación con el trimestre anterior. Aunque esta cifra se encontraba dentro de lo previsto, su escasa magnitud refleja un avance limitado, luego del riesgo de recesión técnica que marcó los últimos meses de 2024.
Especialistas advierten que la debilidad de la demanda interna sigue siendo un factor determinante en este estancamiento. El bajo dinamismo del consumo y la producción compromete las posibilidades de una recuperación sólida, aun cuando existen expectativas moderadas de estímulo desde la política monetaria.
A este contexto se suman presiones inflacionarias que han superado lo previsto, tanto en su componente general como subyacente. Esta combinación de inflación alta y actividad económica en retroceso crea un entorno desafiante para la estabilidad macroeconómica, dificultando el margen de maniobra para nuevas estrategias de crecimiento.
En los próximos meses, los reportes sobre balanza comercial y cuenta corriente podrían aportar mayor claridad sobre la dirección económica del país. Sin embargo, los datos actuales del IGAE reflejan un escenario con restricciones estructurales persistentes en los principales motores de la economía.
El comportamiento observado en marzo, junto con la evolución del primer trimestre, sugiere la necesidad de una revisión cuidadosa de las políticas de reactivación. El desempeño de los sectores productivos y de servicios será clave para evaluar la capacidad del país de enfrentar un entorno económico caracterizado por incertidumbre y debilidad interna.