19 de septiembre: la devastación

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A fuerza de repetición, la mentira se convierte en verdad.

Si algún personaje obscuro e inmoral insiste en darse “baños de pureza”,
repitiendo que no hizo daño, que fue una víctima o que se aprovecharon de su
nobleza, convencerá a muchos imposibilitados para corroborar la información,
contrastar versiones o dudar de lo que escuchan.

La ausencia de elementos para el pensamiento crítico nos hace rodeamos de
seres, medios e información basura y de mentiras.

El 19 de septiembre del 2017 queda marcado por Frida Sofía, la foto de redes
sociales …un soldado en cada hijo, imágenes apócrifas de bomberos alados,
robos (sin evidencia) de víveres por parte de las autoridades, búsqueda de
personas inexistentes, una semana de “paro” en las áreas afectadas y decenas de
historias que ustedes recordarán.

El personaje obscuro e inmoral es tu vecino o los chavos que jugaban con un
amplificador y la alarma sísmica; es el político que aprovechaba la confusión para
ganar adeptos, es la señora organizadora del acopio como espacio de brillo social,
el chico de la selfie “ayudando”. Cada estrella (estrellada) del show informativo
que difundía su bondad y ayuda, mientras criticaba a quienes no se subían a su
“ola social”, pone de manifiesto una cara de la sociedad mexicana.

La repetición del discurso de la Ciudad de México, otros estados y de México en
su conjunto como zona de devastación se convirtió en realidad. En los próximos
días veremos los impactos económicos de la detención de la actividad laboral así
como los efectos “de la devastación” en la derrama económica por turismo.

México está devastado y un muerto justifica la acción furiosa de la sociedad para
cuidar de los suyos: temblores, feminicidios, desapariciones forzadas, trata de
personas, guerra contra el narcotráfico, tráfico de órganos, comercio sexual de

menores. ¿Cuántos en cada flagelo?, ¿cuántos en la sumatoria? La organización
social debió iniciar hace muchos años.

Lo vivido el 19 de septiembre pasado confirma la forma de operar de los medios
masivos de información que impactan al mayor número de audiencias, corrobora
que las autoridades de los tres niveles de gobierno oscilan entre el silencio
mañoso y la desarticulación de sus estructuras, visibilizan que los problemas en
México respecto a las condiciones de vida de muchas personas (sobre todo las de
Oaxaca, pero no de manera exclusiva) se ven mayormente afectadas ante
acciones de la naturaleza.

La devastación no fue un temblor, fue una sociedad que se descubrió, exhibió,
organizó, apoyo, comportó, accionó, informó, comentó, acopió, olvidó y discutió.
Con todos sus matices, esta es la sociedad mexicana del 19 de septiembre del
2017.