Maduro

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Carta del lector

Estimados amigos de La Voz, comparto con ustedes una reflexión:

Hoy Caracas está inmerso en un conflicto severo que tiene sus orígenes en el chavismo y en lo ocurrido en el 2002 cuando se diera golpe de Estado a Chávez y lo destituyeran por dos días, lo cual resultó en una mesa de diálogo con la oposición, logrando el consenso mediante un referendo revocatorio mediante el cual Chávez con el éxito que obtuvo acabo consolidando su poder y con ello el comienzo de la transformación de Venezuela hacia lo que hemos visto estas últimas semanas. Un conflicto con graves consecuencias, pérdidas de vidas humanas y una crisis profunda en Venezuela… solo pasaron tres años de la muerte de Chávez y aunque el régimen actual sigue en pie, son profundamente criticables los recursos utilizados y la degradación de la fuerza política de Maduro, su gobierno se ha transformado, para muchos, en la representación de los excesos del populismo, el desprecio por la democracia, el descontrol de la economía.

Volteemos a ver esa realidad de lo que está ocurriendo en Venezuela para que no ocurra en nuestro México, Pascal Beltran del Rio del Excélsior recientemente escribió:

“Pensar que la locura que vive Venezuela comenzó con un voto contra la corrupción (1998) y no se acabó la corrupción, sino la comida.”

Tiene toda la razón, hace casi 20 años los venezolanos votaron con el hígado, hartos de una clase política ciertamente corrupta, arrogante e inepta.

El problema fue que al abrirle las puertas del poder a un tirano como Hugo Chávez, (léase Peje) colocaron en las riendas del gobierno a otra mafia, incluso más corrupta arrogante e inepta que la anterior, y para acabarla de amolar, los propios venezolanos fueron cómplices de esta mafia, ayudando o tolerando el autoritarismo de Chávez, que demolió los contrapesos institucionales y despedazó la economía del país.

Hoy Venezuela no tiene libertad, y tampoco comida. Su índice de asesinatos es tres veces mayor al de México, su debate público está profundamente polarizado, sus instituciones están destruidas y su gobierno está en manos de un necio ignorante y profundamente corrupto, Nicolás Maduro.

Y lo peor del caso es que ellos mismos votaron por su desgracia. Que no nos pase lo mismo.

Andrés Manuel López Obrador, es la mayor amenaza a la democracia mexicana y da claras muestras de que su futuro en el poder sería el de un dictador. López Obrador confirma todos los días que pretende imponer una dictadura en México y acabar con la democracia y con lo que ello implica, ha formado pupilos como Delfina quien contiende para el Estado de México y que están dispuestos a duplicar el modelo venezolano.

Es por ello, que el llamado al voto inteligente es un imperativo hoy. Utilicemos nuestro voto para fortalecer nuestra democracia y al México que queremos.